El Hostelito Bariloche es un hotel viejo reconvertido, con bastante éxito, en hostel. Tiene una ubicación muy céntrica -a la vuelta del centro cívico y a pocas cuadras de los bares de moda- que lo hace ideal para viajeros bien jóvenes.
Yo estuve en una habitación compartida femenina que era bastante amplia, con 3 bunks cómodas y nada amontonadas. La calefacción tradicional con radiadores la mantenía a buena temperatura y dormí como un tronco. Como es un hotel modificado, las habitaciones tienen el baño interno, lo que es muy cómodo y privado (lo malo es que no está muy impecablemente mantenido…). Tampoco hay lockers y los dormis tienen una llave común que se deja en la recepción, lo que no es muy seguro que digamos. De todas formas, estuve solamente una noche y estuvo todo bien.
En la planta baja armaron una especie de bar al lado de la cocina, con personal las 24hs que te atienden y venden bebidas. Siempre hay gente y es divertido, lo que -de nuevo- hace que este hostel sea ideal para la juventud. En este bar también se sirve el desayuno -básico pero funcional- y es el único lugar en el que anda el wi-fi -que es medio lento-. No vi por ningún lado -ojo, puede estar escondido- lugar como para dejar equipo de esqui, así que supongo que los deportistas tampoco son su público principal.
Todo el personal es amoroso y hablan hebreo, así que supongo que en verano debe ser una locura de gente. En definitiva, es un hostel barato y cómodo, para vacaciones jóvenes pero que no recomendaría para mayores de 30 o personas que tengan que conectarse con la computadora y trabajar un poco.
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